lunes, 26 de octubre de 2015

Santo Tomás de Aquino I

Introducción: Razón y Fe
Santo Tomás de Aquino, máximo exponente de la conocida escolástica medieval, comparte la preocupación común de toda la filosofía cristiana: la relación entre Fe y Razón.
Fe y Razón son para Santo Tomás dos canales distintos, aunque no divergentes, de conocimiento, ya que mientras la fe se apoya en la revelación sobrenatural, la razón es una facultad plenamente válida en el orden natural. Siendo dos tipos de conocimiento distintos no se contradicen sino que más bien se perfeccionan y complementan.

Por un lado, la fe sirve a la razón cómo criterio extrínseco. Así en el caso de que la razón (posibilidades limitadas) llegara a conclusiones incompatibles con la fe, tales conclusiones serían necesariamente falsas. A su vez la teología se sirve de la razón para hacer comprensibles las verdades de la fe, para esclarecer los artículos de fe. De esta manera, filosofía está al servicio de la fe no pudiendo contradecirla en sus diversas afirmaciones.

Ontología

En lo referente a la ontología (tratado o concepción del ser) tomista, parte de la creencia judeocristiana de “ la creación de todas las cosas por Dios a partir de la nada”. Esta idea marcará profundamente su metafísica. Para explicar su concepción ontológica, Santo Tomás se servirá de elementos fundamentalmente aristotélicos, eso sí, adaptados y reinterpretados a la luz de las exigencias de la revelación cristiana. Santo Tomás sigue así a Aristóteles al distinguir sustancia y accidentes y al aceptar la composición hilemórfica (en toda sustancia podemos distinguir materia y forma). De la misma manera, afirma que en todo cambio podemos distinguir un substrato (la materia prima) y una forma sustancial. Hasta aquí Santo Tomás se muestra aristotélico.

En “sobre el ente y la esencia”, establece una reforma de la metafísica aristotélica para adaptarla al dogma cristiano. Para Tomás de Aquino, en todos los seres (excepto en Dios) se distingue la esencia de la existencia. Define esencia como lo que hace que una cosa sea tal y no sea otra. Ahora bien, para ser real, una esencia ha de existir. Esencia y existencia están en relación de potencia y acto. La esencia de un ser finito puede existir o no .Es así que los seres finitos son contingentes: pueden existir o no; o pueden dejar de existir.  

La unión de esencia y existencia origina una sustancia. La existencia separada de la esencia es pura abstracción, mientras que la esencia separada de la existencia no tiene realidad.

El mundo es así contingente en tanto que todo lo que existe podría no existir; por lo que tiene que haber un ser necesario, Dios, causante de toda la existencia. La existencia se convierte así en la actualización de la esencia, entendida como potencia. Sólo en Dios se identifican esencia y existencia, porque Él es acto puro, puro acto de ser.

Conocimiento

En cuanto a la teoría del conocimiento, Santo Tomás sigue de cerca a Aristóteles. Mediante la abstracción, el entendimiento pasa de lo particular a lo universal, es decir, se trata de la formación de un concepto universal, dejando de lado progresivamente los datos particulares que los sentidos nos ofrecen, si bien, estos son el punto de partida (“nada hay en el entendimiento que no haya estado antes en os sentidos”).

El alma sensitiva,  que se encarga del conocimiento sensible, sólo conoce particulares, formas individualizadas en una materia, nunca universales. El proceso para conocer los universales es el siguiente: los sentidos nos ofrecen objetos particulares con características específicas vinculadas a una materialidad concreta. A partir de la información dada por los sentidos, la imaginación forma una imagen interior o representación (fantasma), en la que permanecen todavía las particularidades que nos ofrecen los sentidos. El entendimiento reconoce las imágenes formadas por la imaginación, para abstraer de ellas la idea universal de los objetos.

Dentro del entendimiento Santo Tomás distingue dos vertientes. Por un lado, la capacidad de desmaterializar, universalizar y abstraer de las imágenes sensibles las esencias universales (entendimiento agente) y por otro lado, la capacidad de conocer lo universal y abstracto (entendimiento paciente).

Para descargar Santo Tomás pincha aquí.

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