ANTROPOLOGÍA
forma (alma). Se trata de una unión sustancial, ya que cuerpo y alma forman
una única sustancia; son inseparables. El ser humano es un compuesto
hilemórfico donde el alma es el principio vital que anima y organiza el cuerpo.
El alma es causa y
principio del cuerpo viviente. Es el elemento orgánico que determina la forma
específica de actualizarse la materia de los seres vivos. En palabras de
Aristóteles, el alma es entelequia del cuerpo, es decir, es la realización
cumplida de las posibilidades del compuesto orgánico. El alma lleva a la
materia corporal a realizar plenamente las posibilidades del organismo. Su
función respecto al cuerpo es análoga a la vista respecto al ojo.
En su explicación del
alma, Aristóteles recurre a los conceptos fundamentales de su sistema, definiéndola
como forma y como acto. El alma es la forma del cuerpo y la actualización de un
organismo.
En la medida en que el
alma es actualización y forma de un cuerpo potencialmente vivo, Aristóteles
negará la inmortalidad del alma individual. Por otro lado apetitos y pasiones
no derivan así del cuerpo sino del compuesto hilemórfico. Las pasiones no son
malas en sí mismas pero deben ser sometidas a la razón.
Para Aristóteles, las
funciones o potencias estructurales del alma son tres: potencia vegetativa,
potencia sensitiva y potencia intelectiva.
· Potencia vegetativa. Es reproductiva, nutritiva y de crecimiento.
Asume, por tanto, las funciones propias del mantenimiento de la vida. Es propia
de todos los seres vivientes.
·
Potencia sensitiva es una potencia o función más compleja. Se
manifiesta como la capacidad del alma de recibir sensaciones, de verse afectada
por el mundo exterior. En esta potencia se pueden distinguir dos grados o
niveles:
1. La sensibilidad
primaria; propia de animales inferiores dotados de sensibilidad primaria, (dolor,
miedo, instinto de conservación).
2.
La sensibilidad superior; propia de animales
superiores como la memoria.
·
La potencia intelectiva es la potencia superior del alma, específica
del ser humano, además de incluir a las dos anteriores tiene funciones específicas;
la intelectual y la volitiva.
1. La
primera de ellas (intelectual)
produce la abstracción y el paso de la experiencia a los conceptos. Dentro de
ella, Aristóteles distingue dos tipos de entendimiento:
a. el
entendimiento agente, inmortal y eterno (similar a una inteligencia cósmica que
ilumina a las cosas y al alma individual para que sea capaz de conocerlas)
b. el
entendimiento paciente, el que individualmente va formando las ideas, es la
función intelectiva normal. Perece con la mente y el cuerpo.
2. La
segunda función específica es la volitiva:
la función intelectual de razones para la acción de la voluntad. (Primero pensamos,
después actuamos).
CONOCIMIENTO
Todos nuestros
conocimientos son el resultado de la colaboración entre alma y cuerpo. Los
sentidos ofrecen datos y experiencias sensibles al entendimiento, que los
selecciona, organiza, sintetiza y universaliza. Esta acción se lleva a cabo
mediante el proceso de abstracción. Este es un proceso de ascenso por el que la
razón va prescindiendo de lo sensible para configurar las ideas y el
conocimiento racional. Los pasos del proceso son los siguientes:
El punto de partida de todo
conocimiento es la observación y percepción de los objetos o hechos. En segundo
lugar, mediante la memoria, el entendimiento recuerda y relaciona lo
previamente observado formándose así la experiencia, que no son datos aislados
sino su apreciación conjunta. El siguiente paso es la formación de una imagen
común. El entendimiento retiene lo que hay de común entre las experiencias
percibidas y mediante la imaginación, forma una imagen única común de los
diversos objetos percibidos. Por último, a partir de esta imagen, el
entendimiento configura un concepto o idea universal. Los conceptos o ideas de
la razón son una representación intelectual del mundo real percibido por los
sentidos.
El conocimiento científico
es consecuencia de la ampliación del proceso de abstracción: utilización del
proceso inductivo, es decir, formulación de un conocimiento general universal a
partir de los datos, hechos o percepciones particulares.
Aristóteles distingue tres
tipos de conocimiento o actividad humana: la actividad teorética (matemáticas,
física, ciencias naturales, etc.), la actividad práctica (lógica, política y
ética) y la actividad poiética o productiva
(música, retórica, etc.).
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