sábado, 13 de febrero de 2016

La Ilustración III: Kant II

USO PRÁCTICO DE LA RAZÓN: La ética

Kant aborda el análisis del uso práctico de la razón en la Fundamentación metafísica de las costumbres y en la Crítica de la razón práctica. Advierte que el único criterio que permite determinar el valor moral de una acción es la buena voluntad, aquella voluntad que al actuar se inspira en el deber y no en el interés personal.

Ahora bien, las éticas anteriores han sido incapaz de encontrar el fundamento del deber, porque formulaban imperativos hipotéticos, que tienen una validez condicionada a  la consecución de algún fin exterior al sujeto (Dios, la felicidad, el placer, la utilidad, etc.).Los preceptos de toda ética material son hipotéticos, empíricos y  condicionales, es decir, no valen absolutamente, sino sólo de un modo condicional como medios para conseguir un fin. Kant realiza una fuerte crítica a estas éticas materiales que sólo pueden fundamentar imperativos particulares y contingentes.

Frente a ellas, Kant propone su ética formal, única que a su entender puede fundamentar la idea de deber. La ética kantiana presenta tres características principales: proponer un criterio de legitimidad de la máxima exclusivamente formal, defender la autonomía de la voluntad en la experiencia moral y mantener que la moralidad de las acciones reside en el deber (respeto a la ley moral).

Esta ética descubre en la razón del sujeto una ley moral universalmente válida, el imperativo categórico, que le ordena de un modo absoluto cómo ha de comportarse, sin concesión alguna a sus inclinaciones. Se trata de un imperativo universal, autónomo y apodíctico.

De esta manera, el imperativo categórico presupone la libertad del sujeto, porque sólo un ser dotado de voluntad libre puede darse a sí mismo una ley moral. Este imperativo implica y exige el respeto a todas las personas, ya que son seres racionales, morales y libres que forman parte del reino de los fines, esto es, la esfera de las relaciones morales entre sujetos racionales, que se deben respeto mutuo.
Las formulaciones del imperativo categórico son las siguientes:

  • Obra sólo según aquella máxima que puedas querer que se convierta, al mismo tiempo, en ley universal.
  • Obra de tal modo que te relaciones con la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin, y nunca  sólo como un medio.

Por último, la ética kantiana culmina con la formulación de los postulados de la razón práctica.  Se trata de proposiciones que no pueden ser demostradas desde la razón teórica pero que deben ser admitidas si se quiere entender el hecho moral dentro de la razón práctica. Kant hace alusión a tres postulados:

En primer lugar, la libertad, como condición necesaria para la existencia de la ley moral; en segundo lugar, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios, como condiciones necesarias para que exista el Bien Supremo.


La razón tiende al Bien Supremo. Kant entiende por Bien Supremo la suma de virtud y felicidad. Ahora bien, en el mundo fenoménico, la virtud no siempre lleva a la felicidad; la conexión entre virtud y felicidad sólo puede ser alcanzada por el hombre existiendo como noúmeno en el mundo inteligible. Para ello, ha de ser libre de actuar moral o inmoralmente y su alma ha de ser inmortal. Pero para que estas condiciones se den es necesaria la existencia de Dios.

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