sábado, 13 de febrero de 2016

Época contemporánea I: Marx

MARX S.XIX

La situación social, económica, política e ideológica del S.XIX ejerció
un indudable influjo en la vida y obra de Marx. La producción industrial transformó las ciudades y el capitalismo generó una clase trabajadora asalariada. Marx conocía de cerca la situación de las clase trabajadora  y participó activamente de  en  las luchas políticas de las clases trabajadoras.

Es por todo ello que Marx defiende una concepción materialista de la historia (materialismo histórico) que describe al ser humano como un ser realizado socialmente, productor de su propia vida y nacido en la historia. Se centra en la explicación de la historia a partir del desarrollo de las fuerzas de producción, en las que destaca el trabajo humano, que genera las formas de organización social, así como las relaciones de los seres humanos con la naturaleza.

De esta manera, Marx afirmará que los componentes sociales, políticos, etc, constituyen la superestructura cultural, que depende y está determinada por la infraestructura económica. Ésta se compone de las fuerzas productivas (medios de producción y los individuos o fuerza de trabajo que utiliza dichos medios).Estos individuos o productores se relacionan en su trabajo con los propietarios de los medios de producción en el marco de unas relaciones de producción propias de cada estructura económica.

Por último el modo de producción constituye la relación que en cada sociedad se establece entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Las fuerzas productivas están en constante cambio, los modos de producción no son estables y con ellos varían también las relaciones de producción. Por lo que este dinamismo se traduce en un proceso de cambio de la superestructura en función de la infraestructura.

Marx realiza una crítica al sistema capitalista, ya que la propiedad privada  causa  desigualdades sociales y  alienación.

Marx distingue tres tipos de alienación: la religiosa, la ideológica y la económica. De todas ellas, la más determinante es la económica. La alienación económica, convierte al trabajador en una mercancía. En el modo de producción capitalista el trabajador se encuentra alienado, pierde algo que le es propio; pierde su fuerza de trabajo en jornadas interminables, pierde el producto de su trabajo que ni aprecia ni disfruta ya que se convierte en un objeto para el mercado; se pierde a sí mismo, ya que es transformado en mercancía a cambio de un salario; y en definitiva, pierde su existencia viviendo únicamente para desarrollar una actividad agotadora.

Existen así, dos clases sociales originadas en el trabajo: la que tiene la propiedad de los medios de producción (clase capitalista) y la que únicamente cuenta con su fuerza de trabajo (clase proletaria). Capitalistas y proletarios mantienen relaciones de la más estricta jerarquía en la producción de las mercancías. Marx analiza estas relaciones en  “El Capital”. Para entender dichas relaciones es necesario aclarar el concepto fundamental de su pensamiento: la plusvalía.

Una mercancía es todo producto intercambiable que tiene un valor de uso (utilidad específica que posee un producto para satisfacer una necesidad determinada por medio del consumo-característica cualitativa-) y un valor de cambio (tiempo de trabajo invertido más la amortización de los medios de producción -constituye la dimensión cuantitativa de la mercancía). Pero, el dinero obtenido por la venta de la mercancía es superior a dicho valor (valor de cambio); por lo que se obtiene así un beneficio: la plusvalía. Es el valor complementario del trabajo no pagado, del que se apropia el capitalista. Este valor extra, apropiado por el capitalista, es según Marx, fuerza de trabajo no pagada y contribuye a la acumulación de capital por parte del capitalista.

El objetivo del capitalista consiste en acumular cada vez mayores capitales por distintos medios: eliminación de los competidores,  intentando alcanzar un monopolio; por el aumento de la producción, incrementando el trabajo sin variar los salarios, o prescinde de obra de mano al sustituirla  por más maquinaria. Esto último obliga a los trabajadores a enfrentarse entre sí por un puesto de trabajo. Concluye  así Marx que, a medida que el capital se acumula en manos del capitalista más empeora la situación del obrero, más crece su miseria. Esta situación es interpretada por Marx como una irracionalidad del progreso del sistema capitalista.

Por otra parte, la ideología oculta la alienación para que no se perciban los problemas reales de la sociedad. Las instituciones vigilan el cumplimiento de las tareas fijadas de cada ciudadano y mantienen así la paz social. La ideología es para Marx simple apariencia que invierte la realidad. Para su desenmascaramiento, Marx propugna ver la realidad tal como es: el sometimiento de la clase trabajadora por la clase dominante, que dispone de los medios para imponer sus ideas de dominación.
La solución a la situación de alienación que sufren los trabajadores solo se resolverá con la revolución socialista. Para instaurar un nuevo orden social, habrá que modificar, mediante un proceso revolucionario, el modo de producción. Con ello, se produciría la emancipación de los trabajadores. El comunismo, será el estadio posterior a la revolución.

El instrumento para eliminar la propiedad privada de los medios de producción es la lucha de clases. Esta implica en primer lugar tener conciencia de clase; es decir, la aceptación de intereses comunes de los trabajadores, de forma que formen un grupo social unido, consciente de su poder y de su situación. En segundo lugar organizarse en un partido obrero que forme parte de una organización internacional.


El paso al comunismo presupone una etapa de transición en la que le proletariado debe destruir las antiguas estructuras capitalistas para llegar a una etapa definitiva: la sociedad comunista. Para que se pueda transformar la sociedad clasista, del modo de producción capitalista, en una sociedad sin clases, es necesario pasar por las siguientes fases: en primer lugar, surge al etapa democrática, en la que le proletariado, como consecuencia de la toma del poder político instaura su dictadura; en segundo lugar, la etapa socialista, que presenta un carácter plenamente económico, en la que se fomenta y desarrollan tanto la riqueza social como los medios de producción, en esta fase se producirá la progresiva abolición de las clases sociales. La tercera y última fase es la etapa comunista, que se define por la abolición de la propiedad privada, la desaparición de las clases sociales, la eliminación del Estado (defensor de los intereses de una minoría), trabajo obligatorio para todos, y una organización del trabajo racional y digno.

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